Paradójico: crece la producción, pero cae la confianza. Al cerrar el primer semestre del año, a pesar del buen tono de la demanda, la confianza PyME mostró un sesgo pesimista, marcada por la incertidumbre, las dificultades cambiarias y el contexto político.
El PMIPyME (Purchasing Manager’s Index) es un indicador líder a nivel internacional de monitoreo de la actividad económica, que FOP construye en base a los datos recogidos a través de sus Encuestas Coyunturales, para dar seguimiento a la evolución de la actividad industrial PyME. Este indicador refleja para el tercer trimestre de 2020, el inicio de la recuperación de la actividad PyME industrial, tras la abrupta caída durante el segundo trimestre de aquel año (el período más negativo de la pandemia). Durante 2021 se observa la continuidad de la recuperación, alcanzando el nivel del indicador en torno a los 50 puntos o superior, indicando esto último la entrada en una fase económica expansiva.
Por su parte, el ICEPyME (Índice de Confianza Empresarial) mide el “humor empresarial”, monitoreando la evolución de la confianza de los empresarios PyME en el país, en su sector de actividad y en su propia empresa. Desde un muy bajo nivel a mitad de 2020, la confianza empresarial PyME se fue recuperando hasta alcanzar un valor históricamente alto, en torno a los 50 puntos del ICEPyME de FOP, similar al registrado por ejemplo al inicio del gobierno de Mauricio Macri. Sin embargo, desde la salida de la pandemia (tercer trimestre 2021), muestra un claro sesgo pesimista.
En conclusión, hasta el momento, parece que el humor empresarial está siendo más afectado por la incertidumbre acerca del contexto local y global, que por el desempeño de la actividad real. De este modo, la confianza imprime unas perspectivas no tan favorables para el resto del año, aunque por ahora la actividad industrial ha evolucionado positivamente.
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