Informe coyuntural: Las medianas lideran el aumento de ocupación PyME del 6% desde la prepandemia

Una nueva investigación de FOP arroja datos sobre la coyuntura PyME y las perspectivas para el segundo semestre del año. Este importante segmento de la economía del país es representado estadísticamente por FOP mediante dos sectores polares: industria manufacturera y software y servicios informáticos.

1) El dato novedoso y más destacado de la coyuntura actual, promediando el primer semestre del año, es la total divergencia entre la evolución positiva de la actividad productiva y la caída de la confianza de los empresarios PyME, tanto del sector manufacturero como del sector de los servicios avanzados, tal como es software y servicios informáticos.

Entre marzo y junio la actividad productiva manufacturera mejoró en un 8,7% (medida por el indicador PMIPyME de FOP), mientras que la confianza empresarial disminuyó en un 13% (medida por el ICEPyME de FOP). Este dato, junto con la previsión de la disminución de la producción para el segundo semestre que informan las PyME manufactureras importadoras directas -debido a las restricciones para el acceso al mercado de las divisas-, constituye una señal de atención. El ciclo de confianza y actividad real también diverge en el sector de software y servicios informáticos.

2) El optimismo que generó la salida de la pandemia, ayudado por una amplia y eficaz política pública de sostén a los ingresos, tuvo su pico entre el segundo y tercer trimestre de 2021 en la industria manufacturera, y estuvo acompañado también por un pico en la generación de empleo (3,6% interanual) y de las cantidades vendidas (27,4% interanual). A partir de ese momento, se estabilizó la creación de empleo en torno al 3% y el ritmo de producción inició un proceso de acomodamiento a la baja, motivado en gran parte por restricciones de la oferta y no tanto de la demanda.

Los empresarios industriales citan problemas logísticos y limitaciones de los proveedores externos, así como también las limitaciones de acceso a las divisas. Otro de los problemas manifestados es el reclutamiento de personal de todo tipo de calificación, lo que motiva que las empresas mantengan su plantilla de personal a pesar del enfriamiento productivo.

3) El ciclo económico del sector del software y los servicios informáticos es totalmente diferente al de la industria manufacturera. Sus ventas reales (ventas deflactadas) no decayeron nunca, ni aún durante la pandemia, alcanzando su máximo durante el primer semestre de este año, situándose en un 34 y 32% interanual (primer y segundo trimestre, respectivamente). En cambio, el ciclo de la ocupación del sector fue diferente, ya que disminuyó levente durante la pandemia, pero retomó fuerte su crecimiento en el tercer trimestre de 2021. Actualmente la creación de empleo es vigorosa, observándose un incremento de 13% interanual.

Como se mencionó en el punto 1, surge aquí también la divergencia entre el crecimiento de la actividad y la disminución de la confianza de los empresarios del sector (ICEPyME). Ésta disminuyó desde el tercer trimestre de 2021 un 24%, muy similar a la disminución de la confianza de las PyME manufactureras durante el mismo período (- 25%).

4) Los problemas de las PyME industriales para satisfacer la demanda (es decir, el problema de la restricción de oferta) tiene una de sus causas en los problemas para acceder a las divisas para importar insumos y bienes intermedios. El problema del acceso a las divisas, estiman las PyME importadoras directas, provocará durante el semestre en curso una caída de la producción del 13%. La dificultad radica en la imposibilidad para el 65% de estas empresas de sustituir las importaciones. Según las estimaciones de FOP, unas 3.500 PyME manufactureras sufrirán severos problemas

para sostener su producción durante lo que resta del año.

5) El tipo de cambio oficial ha continuado rezagándose con respecto al precio de todos los bienes de la economía. Mientras en el mes de marzo el indicador de precios de las PyME industriales (Precio PyME manufactureras) era 18% inferior al MEP, en junio esa diferencia se había reducido a sólo el 7%. La distancia de los precios del total de la industria (IPP-Manufacturas) con respecto al MEP es aún menor (3%) y el índice de precios al consumidor de los bienes (IPC-Bienes) directamente supera en un 2% el nivel del índice del dólar MEP, acumulando así desde la prepandemia una brecha con el tipo de cambio oficial del 48%. 

Esta dinámica de los precios se explica en parte, especialmente entre las PyME, por la insuficiencia de oferta del sector productivo.

6) Las previsiones para el resto del año son complejas e inciertas, debido al clima de incertidumbre e inestabilidad política al cual se asiste. En el sector de la industria manufacturera es posible que continúe la caída de la confianza, pero que el descenso productivo sea mayor, disminuyendo así la distancia entre confianza y actividad real. En el sector del software y los servicios informáticos, donde la incertidumbre política y las dificultades para reclutar recursos humanos son siempre los principales problemas que afectan la confianza de las empresas, es posible que también se desacelere el crecimiento de las ventas y la ocupación, pero siempre desde los altos niveles actuales.